El poder de la Resiliencia
Si hay un mito que ha nutrido prácticamente todas las doctrinas, culturas y raíces legendarias de nuestros países es sin duda ese que hace referencia al ave Fénix. Se decía que sus lágrimas eran curativas, que tenía una gran resistencia física, control sobre el fuego y una sabiduría infinita, porque en su fuego se contenía tanto la creación como la destrucción, la vida y la muerte.
Esa emblemática criatura de fuego capaz de elevarse majestuosamente desde las cenizas de su propia destrucción, simboliza también el poder de la resiliencia, esa capacidad inigualable donde renovarnos en seres mucho más fuertes, valientes y luminosos, refiere Carl Gustav Jung en su libro “Símbolos de transformación” que el ser humano y el ave Fénix tienen muchas similitudes, este mito nos ofrece sin duda un buen ejercicio sobre el que reflexionar.
Viktor Frankl, explicó que una experiencia traumática siempre es negativa, sin embargo, lo que suceda a partir de ella depende de cada persona. En nuestra mano está alzarnos de nuevo, cobrar vida una vez más a partir de nuestras cenizas en un triunfo sin igual o por el contrario, limitarnos o vegetar, a derrumbarnos. La situación mundial en este momento nos brinda la oportunidad ante experiencias que se viven con la presencia del Covid-19, confinamiento, diferentes pérdidas, experiencias emocionales, cambios, etc.
Esta capacidad admirable por renovarnos, por recobrar el aliento, las ganas y las fortalezas a partir de nuestras miserias y cristales rotos pasa primero por una fase realmente oscura que muchos habrán vivido sin duda en propia piel: hablamos de la “muerte”. Cuando pasamos un momento traumático todos “morimos un poco”, todos dejamos ir una parte de nosotros mismos que ya no volverá, que ya nunca será igual. En similitud con el ave Fénix que también está criatura fantástica muere, propicia las condiciones necesarias para fallecer porque sabe que de sus propios restos emergerá una versión de sí misma mucho más poderosa. ¡Es momento de SER como el ave Fénix!
Ovidio explicaba en sus textos que en Egipto, el ave Fénix moría y renacía una vez cada 500 años, está criatura fantástica entendía que era necesario renovarse cada cierto tiempo para adquirir mayor sabiduría y para ello seguía un proceso muy meticuloso. Volaba por todo Egipto para construirse un nido con los elementos más bellos; ramas de canela, de roble, nardos y mirra. Después acomodado en su nido, entonaba una de las melodías más bellas que los egipcios habían escuchado jamás para seguidamente, dejar que las llamas lo consumieran por completo. Tres días más tarde, el ave Fénix renace lleno de fuerza y poder. A continuación cogía su nido y lo dejaba en Heliópolis, en el templo del Sol para iniciar así un nuevo ciclo con el que ofrecer inspiración al pueblo de Egipto.
El mito egipcio del ave Fénix es una historia bellísima. Reflexionemos y detengámonos en cómo construye el ave Fénix su nido. Busca las materias más ricas de su tierra, esas que combinan a la delicadeza y fortaleza, y que le ayudan a su transformación, en su ascensión. Si lo pensamos bien, este proceso es muy similar al que conforma la dimensión psicológica de la resiliencia. Porque también nosotros buscamos esos elementos mágicos con los cuales construir un nido bien resistente donde aunar fortalezas.
El ser humano debe desplegar sus alas para sobrevolar su universo interior en busca de las ramas de su autoestima, la flor de su motivación, la resina de su dignidad, la tierra de sus ilusiones y el agua tibia de su amor propio... todos estos componentes le ayudarán a su ascenso pero no sin antes ser consciente de un aspecto: que habrá un final, que una parte de nosotros mismos se irá también, se convertirá en cenizas, en los restos de un pasado que nunca más volverá. Esas cenizas formarán parte de nosotros mismos, un SER que renace del fuego mucho más fuerte, más grande, más sabio y tal vez sirvamos de inspiración a otros, pero sobretodo nos permitirá seguir adelante llenos de fuerza y poder.
Su inmortalidad se manifiesta con su eterna capacidad de volver a la vida, resurgiendo de entre sus cenizas. Siempre único y eterno, más fuerte, más sabio con la virtud de recordar todo lo aprendido en su vida anterior.
Una enseñanza, un aprendizaje que debe pasar de generación en generación, el aprender de las experiencias, traumáticas, negativas, de los cambios. El volver a intentar con experiencia y crecimiento ante la adversidad.
Somos SERES únicos, eternos, con un potencial ilimitado, en constante cambio hacia el crecimiento y empoderamiento, capaces de dar frente a todo momento histórico como este. ¡Es nuestro momento, renacer fortalecidos. Levántate y emprende el vuelo!
Me acompañas.. es tu momento, te invito a ser protagonista de tu transformación, tu propio cambio a través de “VIAJE A TU AUTOCONOCIMIENTO” iniciamos en Octubre 2020..
Mi Consulta Psicológica
Ana Luisa López Pérez
Psicóloga
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