SALIR A TIEMPO
TAMBIÉN ES CUIDAR DE TI
Una rana dio un salto y cayó en un charco tibio entre las piedras.
Estaba cansada y solo quería flotar un rato.
-Esto es justo lo que necesitaba- pensó.
Se acomodó, cerro los ojos… y empezó a disfrutar.
Pasaron unos minutos.
El agua empezó a calentarse
Abrió un ojo.
-¿Está más caliente…? No… debe ser mi imaginación.
Se estiró, se relajó… pero el calor no paraba.
Le ardían las patas.
Quiso salir, pero dudó.
-Tal vez baja… quizás aguanto un poco más.
Lo que no sabía es que una corriente termal llegaba al charco.
Cada minuto, el agua subía un grado.
Y no iba a detenerse.
Cuando por fin quiso saltar, ya no pudo.
No tenía fuerzas.
Su cuerpo estaba agotado.
Murió.
No por el calor…
…sino por quedarse demasiado tiempo en un lugar que la estaba destruyendo.
Hoy muchas personas viven lo mismo.
Se quedan donde ya no hay vida.
Relaciones que duelen.
Trabajos que los marchitan.
Ambientes que los apagan.
No porque no puedan salir…
…sino porque se acostumbraron al “calor” que lentamente los destruye.
Aprendieron a llamarle normal al desgaste.
A justificar el cansancio, la tristeza, la falta de amor.
A decir “estoy bien” cuando por dentro se están apagando.
No esperes a no tener fuerzas.
No normalices lo que te duele “tanto”.
El agua se calienta en silencio.
Y cuando hierva… ya no vas a poder salir.
Y sí, el conflicto que hoy evitas por miedo…
Mañana pueda ser lo que te destruya por completo.
Mi
Consulta Psicológica
Ana Luisa López Pérez
Psicóloga Clínica
Av. del
Puerto Nº 81, Planta 6ª, Pta. 44.
Valencia, España. 46021.
Móvil:
600 25 80 77
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