Tengo todo lo que quiero,
estoy donde quiero estar, haciendo lo que quiero hacer y con las personas que
quiero estar. Estoy aquí y ahora, estoy presente, con disposición y aceptación
para disfrutar conscientemente lo que la vida me ofrece a cada instante.
¿Y tú, estás viviendo la vida que quieres vivir?
El presente es vida, en él
puedo respirar, sentir, disfrutar, vivir, es un buen espacio para observar,
aceptar y transformar, elevar la vibración, tomar decisiones, purificar
soltando todo aquello que ya no soy.
¿Estás haciendo que valga cada día de tu vida?
Vivir el presente requiere
atención plena, que consiste en dejar que las cosas sean, está abierta a ese
momento, sin juzgarlo, valorarlo, cuestionarlo, criticarlo, sin compararlo con
vivencias del pasado y sin preocupaciones por lo que sucederá, que cada
experiencia hable por sí misma sin que la mente se inmiscuya u opine. En vez de
pensar y pensar, la atención nos invita a vivir el presente.
Pongo amor en cada cosa que
hago, por muy mínima que sea, en mis tareas diarias, las hago con conciencia
plena, intentando dar siempre lo mejor de mí, deseando ser mejor persona
fluyendo con la vida. ¡Amo lo que hago!
¿Amas lo que haces?
La aceptación de la vida, la
aceptación de lo que es, me lleva a un nivel más profundo. Cuando digo “SI” a la
vida tal como es, cuando acepto este momento como es, puedo sentir dentro de mí
un espacio profundamente pacifico. La paz de fondo que hay dentro de mí
permanece inmutable en cualesquiera que sean las condiciones externas. Esto es fluir con la vida.
Un deseo no cambia la vida,
una decisión lo cambia todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario