LA MASCARA
Cada vez que me pongo una máscara para tapar mi realidad, fingiendo ser lo que no soy, lo hago para atraer a la gente.
Luego descubro que sólo atraigo a otros enmascarados, alejando a los demás, debido a un estorbo: la máscara.
Uso la máscara para evitar que la gente
vea mis debilidades; luego descubro que al no ver mi humanidad, los
demás no me quieren por lo que soy, sino por la máscara.
Uso una máscara para preservar mis
amistades; luego descubro que si pierdo un amigo por haber sido
auténtico, realmente no era amigo mío, sino de la máscara.
Me pongo una máscara para evitar ofender
a alguien y ser diplomático; luego descubro que aquello que más ofende a
las personas con las que quiero intimidar, es la máscara.
Me pongo una máscara, convencido de que
es lo mejor que puedo hacer para ser amado. Luego descubro la triste
paradoja: lo que más deseo lograr con mis máscaras, es precisamente lo
que impido con ellas.
Mi Consulta Psicológica
Ana Luisa López Pérez
Psicóloga
Av. del Puerto Nº 81, Planta 6ª, Pta. 44.
Valencia, España. 46021.
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