TORMENTAS
Cuentan que un día un campesino le pidió a Dios le permitiera mandar
sobre la Naturaleza para que -según él – le rindieran mejor sus
cosechas.
¡Y Dios se lo concedió!
Entonces cuando el campesino quería lluvia ligera, así sucedía;
cuando pedía sol, éste brillaba en su esplendor; si necesitaba más agua,
llovía más regularmente; etc.
Pero cuando llegó el tiempo de la cosecha, su sorpresa y estupor
fueron grandes porque resultó un total fracaso. Desconcertado y medio
molesto le preguntó a Dios por qué salió así la cosa, si él había puesto
los climas que creyó convenientes.
Pero
Dios le contestó – “Tú pediste lo que quisiste, más no lo que de verdad
convenía. Nunca pediste tormentas, y éstas son muy necesarias para
limpiar la siembra, ahuyentar aves y animales que la consuman, y
purificarla de plagas que la destruyan…”-
Así nos pasa: queremos que nuestra vida sea puro amor y dulzura, nada de problemas.
El optimista no es aquel que no ve las dificultades, sino aquel que
no se asusta ante ellas, no se echa para atrás. Por eso podemos afirmar
que las dificultades son ventajas, las dificultades maduran a las
personas, las hacen crecer.
Mi Consulta Psicológica
Ana Luisa López Pérez
Psicóloga
Av. del Puerto Nº 81, Planta 6ª, Pta. 44.
Valencia 46021
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